Por astr. Carlos Dum / Caracas, Venezuela – El análisis del transitar de los planetas sobre nuestro cielo astrológico supone una relación entre la fuente del inconsciente y la conciencia para que culminen en el arte interpretativo, ya que es la fusión quién crea la síntesis de observación para revelar las cosas que ocurren dentro y fuera de nosotros. En tal sentido, confiero en lo personal que hay un enfoque más preciso y significativo en los “Tránsitos Planetarios” que en cualquier otro sistema empleado para éste fin, en vista qué, el estudio de los tránsitos permite más profundidad y menos dispersión a la hora de la interpretación de las predisposiciones y potencialidades tanto del presente como del futuro a corto y largo alcance sea el objetivo del análisis individual o colectivo.
En el caso del análisis de los planetas conocidos como exteriores (Urano, Neptuno y Plutón), también denominados como los grandes “maléficos” según algunos colegas. Los mismos señalarían los periodos más significativos de nuestras vidas porque normalmente efectuamos cambios muy profundos tanto en nosotros mismos como en nuestra vida cotidiana, en tanto qué, su transitar deberíamos aceptarlo como un desafío que nos da una oportunidad para crecer, desarrollarnos y madurar. Estudiando detenidamente sus tránsitos sobre nuestra Carta Radical podríamos averiguar cuál podría ser la lección de vida y trabajar sobre la misma sin necesidad de ir en su contra o sufrir por su causa por más dolorosa que sea su presencia en algún lugar de nuestro Mapa Natal.
Quizás los más difíciles de superar sean los tránsitos de Neptuno y Plutón en vista que ellos se desplazan más lentamente pasando hasta tres veces por los mismos grados del zodiaco debido a su aparente movimiento de retrogradación. Pero también nos otorga para el que sabe apreciar, tres magnificas oportunidades de crecer según y donde se consiga de paso en nuestros mapas natales. Porque el primer cruce nos alerta a veces en forma inconsciente, en el segundo entramos en conciencia real de suceso, mientras que con el tercer contacto deberíamos haber resuelto tomando en cuenta que siempre serán en diferentes niveles de nuestros estados físico, mental, espiritual y emocional o en distintos ámbito de nuestras vidas que nos permite ganar una nueva perspectiva para evaluar situaciones.
En el mundo de hoy prestamos más atención a los acontecimientos pero menos al proceso que los produce, es más, algunos astrólogos entusiastas en el caso de la Astrología Mundial escriben sobre supuestos acontecimientos siempre cuidándose de alertarnos que es “según la astrología” como para desligarse hábilmente de su muy personal interpretación y muchas veces manipulados según sus propios intereses pudiendo crear traumas en la sociedad y hasta psicosis colectiva. Por otro lado, es errado concentrarnos solo en la lectura de los acontecimientos sin tomar en cuenta lo que lo va produciendo a través del atento estudio de ésta poderosa herramienta que significa los tránsitos planetarios.
En ocasiones tenemos la mala costumbre de culpar al planeta en tránsito por las desgracias que pudiera estar ocasionando en nuestras vidas sin tomar en cuenta lo que estuvimos haciendo o ignorando irresponsable mente para que el proceso del supuesto “mal tránsito” se cumpliera, o como dice el refrán: “siembra vientos y cosecharas tempestades”. Evidentemente también existen sucesos que no podemos controlar pero que deberíamos estar alertados mediante un proceso psicológico de comprensión y aceptación para minimizar sus efectos o daños colaterales por decirlos de alguna manera. Pero del mismo modo muchos de nuestras afecciones o dolores provienen de nuestra resistencia o a la creencia de que no podemos manejar los cambios en nuestras vidas muchas veces necesarios.
Revista Digital UNIVERSO Nueva Era

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