Ser creyente es reforzar la fe en algo, tal vez tenemos la tendencia a solo creer en uno mismo y en lo que vemos alrededor. No obstante, no deberíamos sentirnos tan optimistas, pues no tenemos todas las respuestas para todas las preguntas. Por tanto, solo la fe nos hace creer más allá del optimismo alimentando nuestra alma de convicciones y nuevas esperanzas. La creación, los misterios del universo, y la muerte que genera transformaciones, nos hacen buscar respuestas, aunque por ahora no las tenemos.
Sin embargo, nuestra psiquis se encarga de proporcionarnos creencias para llenar estos vacíos que la ciencia materialista del hombre aún no ha podido colmar. Aunque la fe es una cuestión de elección personal. Aún así, no podemos dudar de un poder más allá de nuestra comprensión, tan misterioso como el amor y tan poderoso como las fuerzas de la energía cósmica que constantemente se están renovando.
Probablemente nuestra conciencia generadora de la distensión del bien y el mal no es del todo independiente, debido a la manipulación de los medios del mundo moderno, el ambiente, las aspiraciones de enriquecimiento fácil, y del fanatismo creador de patrones de razonamiento que se adapten a sus intereses.
Por tanto la oración y la creencia en valores capaces de convertirnos en seres íntegros será la respuesta a todas las interrogantes. Las religiones en sus conjuntos de creencias crean estados anímicos y motivadores para la fe. Convirtiéndose en una curación, una razón para las cosas incomprensibles o simplemente una respuesta a nuestra vida después de la vida. Lo cierto es que todo esta relacionado con el poder de la oración o el conjuro de la palabra para que nuestros pensamientos positivos se tornen en realidad. Por ende, la religión siempre será un fenómeno propio de la humanidad y su fe.








Paraná, Brasil Marzo de 2008 – Corresponsal: Carlos Dum
Rev. Dig. UNIVERSO Nueva Era