Por astr. Carlos Dum/Caracas, Venezuela – Desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, el mundo cristiano celebra la Semana Santa. Por lo que la Iglesia Cristiana principalmente, hace reminiscencia de la vida de nuestro señor Jesucristo aquí en la tierra. En ella revela, una vez más el gran amor de Jesús por la humanidad.
Tanto los cristianos católicos romanos como los ortodoxos llaman a la Semana Santa ‘Semana Mayor’, porque en ella conmemoran las grandes acciones y sacrificios de Dios para redimir a la humanidad.
En cambio La Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la Luna llena eclesiástica; sin embargo, ésta casi siempre coincide con la Luna llena astronómica, de modo que para efectos de cálculo es generalmente válido emplear la más tradicional definición astronómica.
La Semana Mayor es un buen argumento para tocar algunos temas que pasan por alto muchos paradigmas que hoy por hoy todavía se sumergen en una especie de tabú. Todo parece condensarse en la oración: “Padre nuestro que estás en los cielos”, es la expresión simbólica que une o relaciona a Dios con el cosmos y a su vez con toda su creación llamada Universo. También podemos referir al famoso “Himno a la Alegría” en su última estrofa: “Si es que no encuentras la alegría en esta tierra tierra, búscala hermano más allá de las estrellas.” Lo cierto es que todo parece apuntar al firmamento.
En los antiguos escritos en muchos pasajes hablan de Jesús y la astrología; Según el “Evangelio Árabe de la Infancia” en el capitulo L1 denominado “Ciencia de Jesús” se dice:
«Y había también allí un sabio hábil en astrología. Y preguntó a Jesús: ¿Posees nociones de astrología, hijo mío?»
«Y Jesús le respondió, puntualizándole el número de las esferas y de los cuerpos celestes, con sus naturaleza, sus virtudes, sus oposiciones, sus combinaciones por tres, cuatro y seis, sus ascensiones y regresiones, tiempo y otras cosas que rebasan los limites de la razón de una criatura.”
Por lo que es muy factible que Jesús poseyera sólidos conocimientos de astrología, ya que en el año 605 antes de su nacimiento existen pasajes escritos que documentan los primeros testimonios de la adivinación a través de los astros según Nabucodonosor, antiguo rey de Caldea y Babilonia. (en aquel tiempo al igual que hoy, la confusión por ignorancia sobre adivinos, sabios, genios y magos también existía). El mismo hizo llamar a magos y astrólogos, encantadores y caldeos para que explicaran al rey un sueño, y como ya dice la historia, fue Daniel por intervención de Dios quien reveló el misterio de los sueños del rey, por lo cual bendijo al Dios de los cielos. (Daniel,2,2-46).
Hace aproximadamente unos dos mil años, la humanidad entró en la era de Piscis (Los Peces) que trajo consigo la religión cristiana simbolizada por los dos peces, que de alguna forma hacen referencia a la bipolaridad energética de materia y espíritu. La palabra “pez” en griego, “ictios”, forma con sus iniciales el anagrama de las palabras “Jesucristo Hijo de Dios Salvador”. Ya en la época del Renacimiento el estudio de la astrología seguía siendo un tema algo polémico entre los religiosos de la cristiandad, en vista de que su práctica era susceptible al oscurantismo y tergiversaciones heredadas de la época medieval.
No obstante, con la aparición más filosófica y universal de los estudios humanísticos muchos papas romanos adoptaron abiertamente los estudios astrológicos, lo cual se evidencia en las pinturas y adiciones de símbolos astrológicos en las iglesias. Entre los papas astrólogos más destacados figuran Julio II (1443-1518), León X (1549-1521), Pablo III (1468-1549), Urbano VIII (1568-1644) y Sixto IV (1414-1484) entre otros tantos.
En pleno siglo XXI vivimos un gran auge del conocimiento astrológico, gracias en gran parte a las organizaciones privadas, federaciones y asociaciones que aglutina a estos estudiosos del movimiento cósmico. No obstante, todavía se ataca con mucha dureza la praxis de esta disciplina, en parte debido a que los medios de comunicación en sus presentaciones no discriminan la astrología de la astromancia y la superstición, dando pie a serias confusiones, las cuales en gran parte son la causa principal de dichos ataques.
Pero llegará el día en que gracias a los nuevos descubrimientos y revelaciones, ciencia y religión formen un todo, dando paso a la creencia universal más armónica y tolerante de que Dios y hombre son uno.
En cierta oportunidad me preguntaron: ¿Cómo es posible que los astrólogos creyéramos en el Cristianismo? A lo cual respondo:
“La Astrología es un principio fundamentalmente arquetipal, tan solo heredamos un conocimiento y una terminología universal, independiente de nuestras creencias individuales.»
De manera qué es falsa la creencia de algunos que afirman que los astrólogos no somos cristianos por que manejamos conceptos politeístas cuando nos referimos a planetas, estrellas y puntos del firmamento. Seguimos siendo hoy por hoy creyentes y asiduo estudiosos de la astrología, solo que adecuamos respecto a la interpretación un basamento en las correspondencias cósmicas pertinentes a la era y cultura actual en la que vivimos.
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